• José Joaquín

Futbito y Blasfemias

Futbito y Blasfemias

Desde hace varios años estoy en un equipo de fútbol sala del pueblo participando en la competición de verano. Se juega los fines de semana. La verdad es que el jugar es lo de menos y más cuando son los únicos toques al balón que doy durante todo el año.

Recuerdo que cuando estaba en el Seminario Menor y jugábamos esos entretenidos y emocionantes partidos de fútbol, una de las cosas que veía que tenía que corregir personalmente era mi actitud en el juego. La tensión, los cabreos, enfados... Mi formador decía que el deporte servía expulsar tensiones y "adrenalina"... Aun así todos sabíamos que a veces lo vivíamos todo con demasiada pasión y que tendríamos que moderarnos en muchas ocasiones.

Este fin de semana mi equipo ha ganado su primer partido. Fue un partido tremendo, lleno de dureza y fuerza. El partido se iniciaba con muchísima dureza tanto física, no me quedé atrás, como verbal. Yo estaba sorprendidísimo. El equipo contrario, que no era de nuestro pueblo pero al caso es lo mismo, se "cagó" contra el Altísimo seguramente en más de quince ocasiones y todas ellas bien fuerte. Incluso alguno de mi equipo hizo lo mismo en una ocasión sobre la Madre Celestial a lo que el equipo entero replicó con un "ehhhhhhh..." Los jugadores encarándose al árbitro y éste no quedándose atrás replicando a los jugadores.

Yo acabé un poco tocado y eso que marqué gol, todo hay que decirlo. Nuestros jóvenes, esos que están en muchas ocasiones en nuestras catequesis, que son nuestros catequistas, que luego piden la boda por la Iglesia, que celebran los funerales de sus familiares cristianamente, que a lo mejor corren el Cristo del Sahúco... yo que sé... blasfemando y sin reparo alguno. A uno del equipo contrario le dije que blasfemar era en nuestro pueblo tarjeta roja. La verdad es que ya no lo volví a oir de sus labios.

Un partido de poder a poder. Cuando terminó el partido, intenté mostrar mi desacuerdo sobre esta actitud a lo que se me respondió con un “ea, la tensión del partido”

¿La tensión de un partido de fútbol puede justificar dicha actitud? ¿Es ésta la mejor forma de expulsar sanamente la “adrenalina” acumulada? ¿Qué educación cristiana estamos recibiendo? ¿Qué normas de educación cívica elementales estamos viviendo?

En muchas ocasiones decimos que la gente, las pocas veces que se confiesa siempre lo hace de decir palabrotas y de esas cosas infantiles... La verdad es que cada vez se habla peor y nos damos menos cuenta. Ya no son cosas tan infantiles.